ESTRENO DE CAPITANÍA… Y ASCENSO

TRAS UNA TEMPORADA EN LA QUE EL JT RINDIÓ POR DEBAJO DE LO QUE SE ESPERABA, PARA LA 93-94 EL CLUB “ECHÓ EL RESTO” PARA ACABAR LOGRANDO UN HISTÓRICO ASCENSO EN PORTAS

Tanto Urbano como su hermano Tito continuaron encabezando en la temporada 93-94 el bloque de jugadores que estaban llevando el peso del JT junto a Dani Salvadores, Andrés Natal y Chus Sanguino. 

El club presidido por Antonio Vecino trató de dar un salto de calidad aún mayor a la plantilla y para ello hizo otras tres incorporaciones venidas de León como los exteriores Agustín Uriarte y Víctor San Francisco, además de Ángel Vicente “Chente” Gutiérrez, quien esa temporada se convertiría en determinante y de los mejores pívots de toda la Segunda División… Jugador rocoso de los que todos los equipos quieren tener y que, indudablemente, supuso un “plus” para el equipo de Luis Alberto.

Completaba los fichajes uno de los jugadores más prometedores de la provincia como era el alero maragato Juan Carlos Alija. En el apartado de salidas, se despedían Felipe Ayastuy y la práctica totalidad de los jugadores bercianos, con situaciones como las de Pablo López, quien se iba de la comarca por motivos de estudios, y un Juan Neira que se retiraba… Como consecuencia de ello, Urbano González se convertía en el nuevo capitán del equipo, un cambio lógico e incuestionable debido a todo lo que había demostrado tanto en la pista como a nivel de liderazgo en el vestuario.

Plantilla del “JT” (temporada 93-94). Arriba: Floren (masajista), Alija, Chente, Sanguino, Natal y Luis Alberto Fernández (entrenador). Abajo: Tito, Dani Salvadores, Urbano, Víctor San Francisco, Jorge Vuelta, Diego Martínez y Agustín Uriarte. En la foto falta Eloy Vizcaya.

La representación de la comarca quedaba en exclusiva en manos de Eloy Vizcaya y de dos jugadores entonces júniores de primer año como Diego Martínez y Jorge Vuelta.

En lo deportivo fue una temporada en la el equipo berciano fue el claro dominador desde el principio, consolidándose como el gran favorito y con las piezas del equipo bien engranadas y funcionando perfectamente. Chente daba la fuerza y batalla en la pintura; Sanguino, su veteranía; Alija, el talento y los puntos desde el exterior; y las rotaciones eran de garantías. Pero, por encima de todo, el motor del equipo y gran referencia seguía siendo Urbano González Escapa… No es aventurado decir que esa campaña, si nombrabas al JT, el primer jugador que se te venía a la cabeza era él.

El “debe” en los partidos disputados en La Borreca seguía siendo la escasa afluencia de público, a pesar de que quien quería podía disfrutar de esos partidos desde su casa, ya que quincenalmente eran retransmitidos (y repetidos varias veces a la semana) por Tele Cima. El presidente, Antonio Vecino, decía con razón que no sabía qué más tenía que hacer para revertir esa situación.

Foto de la plantilla del “JT” en el pabellón de la Borreca.

Las cosas empezaron a cambiar coincidiendo con el descenso en el fútbol de la Ponferradina a Tercera División y en la primavera de 1994 el común del aficionado berciano empezó a darse cuenta de que existía un equipo de baloncesto que jugaba muy bien y que estaba peleando por subir a la categoría anterior a la ACB.

Los últimos partidos de la temporada tuvieron algo más de público y se convirtió en una fiesta cuando se selló el título de campeón de liga regular a falta de tres jornadas para el final… Tocaba jugarse el ascenso en una fase de una semana de duración contra los mejores equipos del país.

ALIRÓN Y ASCENSO A LO QUE MESES DESPUÉS SE CONOCERÍA COMO LIGA EBA

La fortuna quiso que la sede fuese cerca, en las localidades pontevedresas de Vilagarcía de Arousa y Portas, a las que se desplazaron varios medios de comunicación de la comarca y diversos aficionados… Fue allí donde oficialmente se fundó la peña ‘Infierno Verde’, que en los años siguientes sería el motor de la afición.

Cartel de la fase de ascenso a Primera División.

Oficialmente, sólo subían dos equipos de categoría, pero, como ya se sabía que en los días siguientes la Federación Española de Baloncesto (FEB) iba a ratificar la ampliación de la Primera B a cuatro conferencias, se contaba con que los seis primeros clasificados ascendiesen. Sin embargo, no iba a ser sencillo, porque había un total de 16 conjuntos divididos en dos grupos de ocho que se iban a enfrentar “todos contra todos” en una semana de locos para después cruzarse con el otro grupo.

El comienzo, durísimo para debutar, contra los grandes favoritos, que no eran otros que valencianos de Lliria, quienes habían estado hasta la temporada anterior en ACB y contaban como principal referente a Paco Jiménez, hermano del internacional del FC Barcelona Andrés Jiménez. La lógica se imponía con una derrota por 84-68, pero eso no había hecho más que empezar.

Sin tiempo para lamerse las heridas, otro partido exigente contra el CB Dribling de Madrid, que se solventaba con un 69-60 para seguir en la lucha. Sin embargo, para la tercera jornada llegaba un nuevo tropiezo de forma ajustada (77-81) que reducía al máximo el margen de error.

La segunda victoria llegaba de forma sufrida (88-81) ante Vinoselección de Sevilla y se encadenaba un nuevo triunfo ajustado (87-82) contra el otro representante valenciano, Almássera. El JT lograba llegar vivo a la última jornada de la primera fase tras ganar, esta vez de forma más amplia (96-82), al Valls tarraconense.

Y llegamos al partido clave contra Altsasua, con una plaza por el ascenso en liza. No fue un encuentro nada sencillo, ya que los navarros fueron casi siempre por delante y llegaron con una ventaja de diez puntos al descanso. Las crónicas escritas por quienes estuvieron allí califican como clave la actuación de dos jugadores de la segunda unidad, Tito y Víctor San Francisco, para liderar la remontada y finalmente cantar el alirón ante la alegría de la parroquia berciana que allí estaba presente.

Crónica en el “Diario de León” del partido contra Altsasua que supuso el ascenso a Primera División, firmada por Ramón Díez.

El JT acababa en la tercera posición de su grupo (empatado con el segundo) y quedaba un último encuentro, ya intrascendente, contra el anfitrión de la fase de ascenso, Concello de Portas. La derrota en ese encuentro certificaba una sexta plaza final que, a falta de oficialidad por parte de la FEB, se sabía que suponía el ascenso, habida cuenta de la ampliación que estaba planificando para la categoría de plata del baloncesto nacional.

Los jugadores del JT a la salida del pabellón junto a varios aficionados, tras el último encuentro de la fase de ascenso.

En este éxito tuvieron gran responsabilidad todos los miembros de la plantilla berciana, incluido Eloy, quien no pudo disputar la fase de ascenso por motivos laborales. Por supuesto, el motor de todo esto y que seguramente habría sido impensable sin él, de nuevo Urbano como líder en la pista, dirección, anotación, defensa, pundonor…

 Para finalizar, sería injusto olvidarnos de Florentino, quien esta temporada ejerció de masajista y su labor fue fundamental para recuperar a unos jugadores que tuvieron una elevadísima carga de partidos durante su periplo de ocho partidos en apenas una semana en tierras do Salnés.

Todo ello fue el colofón a una grandísima temporada que sentaba los cimientos de lo que vendría después.