LA LLEGADA A PONFERRADA (TEMPORADA 90-91)
INICIAMOS UNA SERIE DE SEIS CAPÍTULOS RECORDANDO LA TRAYECTORIA DE URBANO GONZÁLEZ, EL CARISMÁTICO BASE Y TODO PUNDONOR LÍDER UNA MAGNÍFICA GENERACIÓN QUE LLEVÓ A PONFERRADA A LA SEGUNDA CATEGORÍA DEL BALONCESTO NACIONAL
Primavera del año 1994. Es una época dura para el deporte berciano, ya que se acaba de consumar el descenso de la Sociedad Deportiva Ponferradina a la Tercera División.

Dentro del sentimiento de tristeza generalizada, de repente, en las radios locales se empieza a hablar de que hay un equipo de baloncesto, el JT, que está a punto de quedar campeón de Segunda División. Hasta entonces, la cobertura que se le daba en minutos era escasa y la mayor difusión llegaba de la mano de los chicos de ‘Tele Cima’ que grababan y emitían en diferido todos los partidos encasa.
Hasta entonces, la asistencia de público al entonces pabellón del JT o de La Borreca era más bien escasa y reducida a incondicionales de la canasta. Sin embargo, aquella generación de jugadores estaba logrando un hecho meritorio como era pelear por un ascenso a la Primera División B, que entonces era la categoría de plata del baloncesto español.
Había que superar una dura fase de ascenso en las localidades pontevedresas de Vilagarcía de Arousa y Portas contra clubes con una estructura mayor que la del JT y apenas dos plazas en juego. Esa semana de baloncesto tuvo una cobertura total por parte de los medios que informaron cada día de lo que sucedía desde O Salnés y que tuvo un final feliz.
Se despertó la ilusión de una ciudad que estaba descubriendo que teníamos baloncesto de nivel, partidos emocionantes, llenos en La Borreca cada quince días, una caldera a presión…
Y sin duda, los líderes de todo aquello fueron dos personas: Luis Alberto Fernández en el banquillo y su prolongación en la pista: Urbano González Escapa.
LOS INICIOS DEL JT

Pongámonos en antecedentes. El Club Deportivo Jóvenes Trabajadores (JT) era una entidad creada a inicios de los años 70 por Antonio Vecino y otros entusiastas. Contaba en sus inicios con múltiples secciones, como la de fútbol, montañismo, etc.
Pero sin duda, el deporte emblema del club era el baloncesto, jugando sus partidos, en primer lugar, en el parque del Plantío. Con el esfuerzo de los integrantes del club y la cesión gratuita de maquinaria por parte de un constructor de la ciudad, se construyó el pabellón de La Borreca, la primera instalación bajo techo de Ponferrada, que se inauguró en 1981.

Fueron años en la 3ª División, categoría de ámbito autonómico y en la que eran habituales los derbis contra Juventud de Flores del Sil, “la Sindical” (denominación coloquial del actual IES Virgen de la Encina), BasketBierzo, ENDESA o el instituto de Toreno en la segunda mitad de la década de los 80.
La primera experiencia en el baloncesto nacional llega en la temporada 87-88. Hablamos de la Segunda División (entonces tercera categoría del baloncesto nacional), donde el JT se estrelló con la realidad y acabó volviendo de forma inmediata a la Tercera División.
LA LLEGADA DE URBANO COMO PARTE DE UN PROYECTO AMBICIOSO (TEMPORADA 90-91)
La asamblea de socios de 1990 fue un momento clave en la historia del club JT. En ella, quien era presidente desde su fundación, Antonio Vecino, expuso la «necesidad de crear un proyecto ambicioso que aglutinase a todo el baloncesto de la comarca y fuese escalando poco a poco categorías».
Se solicitó vacante en Segunda División, consiguiendo el importante patrocinio de una empresa histórica en la comarca como era el grupo Cenco, a través de su entonces marca principal: Supermercados Más y Más.

En lo deportivo y para no repetir la experiencia de tres años antes, se acudió al mercado “leonés” aprovechando en gran momento que vivía la capital de la provincia con el ascenso del Elosúa a Liga ACB.
Algunos directivos se presentaron en el histórico campus de baloncesto de Astorga, que dirigían Pepe Estrada y Luis Alberto Fernández. Este último se convertiría en el entrenador del JT y con él llegarían varios jugadores con gran proyección.
Por una parte, dos jugadores, Juanjo Moro y Carlos Pérez, que habían formado parte como júniores de la primera plantilla del Elosúa, que acababa de subir a la máxima categoría. De la Universidad de León llegaba el pívot Andrés Natal y completaban ese grupo de incorporaciones los hermanos González Escapa.
Uno de ellos, Tito, era un exterior prometedor que procedía precisamente de la cantera del Elosúa. El otro era Urbano, nuestro protagonista. A pesar de tener sólo 22 años por aquel entonces, aportaba el punto de “veteranía” en ese grupo de jugadores leoneses y ya había tenido tiempo para destacar en la cantera del Colegio Leonés y estar hasta cuatro temporadas (desde 1985, siendo júnior de primer año) en el Elosúa, donde compartió vestuario con un americano muy recordado como Essie Hollis.
Un año antes, en 1989, decidió continuar con su carrera como jugador fuera de casa fichando por el Basketmar Coruña, en Segunda División, donde ya tuvo una actuación destacada y se quedó a un paso del ascenso a Primera B. Entonces, Urbano González decidía fichar por el JT, donde debía ser uno de los grandes líderes del equipo.

En la parte berciana, destacaba otro histórico de nuestra comarca como Juan Neira, quien, tras su marcha del JT, destacaría por poner en marcha junto a Paco Laínez el todavía en funcionamiento ‘Campus de baloncesto de Ponferrada’ (actualmente bajo la tutela del CB 6,25), reactivar el Basket Bierzo, que volvió a competir algunas temporadas en liga Sénior Provincial, y entrenar diversos equipos de base.
Sin embargo, en esta temporada 90-91 estamos hablando del capitán del equipo y un pívot que apenas superaba el 1,90 de altura, aunque capaz de fajarse con todo el mundo en la pintura. De hecho, Juan fue habitual esa temporada en el quinteto titular y de los jugadores más destacados a nivel de anotación.
Junto a él, estarían también su hermano Luis, Abel Abella (también hizo sus pinitos como entrenador de base) y otros jugadores de cantera entonces en edad júnior como Pape, así como Pablo López y Óscar García, actuales presidentes de los dos clubes de baloncesto de Ponferrada, el 6,25 y el Ciudad de Ponferrada, respectivamente.

Con todos estos ingredientes, el Más y Más Ponferrada hizo una gran campaña en su debut en Segunda División, cumpliendo sobradamente el objetivo de la permanencia, acabando en la mitad de la clasificación y sin pasar apuros en ningún momento. Estamos hablando de una competición contra equipos de Castilla y León, Asturias y Cantabria que podría asemejarse a la Liga EBA– ahora conocida como Tercera FEB-, donde destacaban equipos como el Trébol Gijón, el Vetusta de Oviedo o el Torrelavega y ante los que los bercianos siempre competían.
No eran muchos los aficionados que acudían a La Borreca, pero los que lo hacían se divertían con lo que ofrecía el JT. El protagonismo principal en minutos y anotación era para el bloque leonés y de Juan Neira, pero si había que escoger a un jugador, éste era, indudablemente, Urbano.
El base aportaba minutos, dirección, puntos y un pundonor y derroche físico fundamentales en el éxito de aquel equipo, convirtiéndose en una de las revelaciones de la liga y llamando rápidamente la atención de otros proyectos con mayor músculo económico.